A partir de los años setenta se desencadena la III Revolución Industrial (Fajnzylber,F., 1983). Es un proceso vinculado a la crisis económica capitalista de fines de los sesenta, caracterizada por el estancamiento económico y la inflación. Los pilares de esa revolución se habÃan forjado en los años 40 y 50.
Los paÃses, empresas y ciudadanos informatizados tienen enormes ventajas sobre los que se rezagan en ese campo. El control de las fuentes de información: bases de datos, agencias de noticiario, etc., es esencial en la competencia económica y la lucha por el poder.
Para las empresas que no forman parte de esa élite (Zara, Bershka, Loewe, Mango, Trucco, Punto Roma o Adolfo DomÃnguez), el consejo es “tolerar a agarradera una inversión para acorazar la imagen de marca, ayer de chocar el mercado mexicanoâ€. A la hora de distribuir los productos se puede optar por tiendas propias o franquiciadas, cadenas y tiendas multimarca.
3. Una tercera tendencia se aprecia en el cambio profundo que experimentan las polÃticas en ciencia y tecnologÃa. En el perÃodo posterior a la Segunda Conflicto Mundial las polÃticas cientÃficas y tecnológicas de los paÃses más avanzados del Oeste, han experimentado cambios muy importantes (Arocena, 1995). Aproximadamente entre fines de los años 40 y comienzos de los 60 puede hablarse del incremento de PolÃticas para la Ciencia.
¿Las webs de ayuntamientos no serÃan validas entonces? ¡Ganadorà como plataformas de distribución de aplicaciones para producir televisiones con contenido gratis?
El crecimiento crematÃstico, adyacente al aspecto militar se consideran los objetivos prioritarios. Ciencia y tecnologÃa ocupan un lugar relevante en la agenda polÃtica.
En Manchester existÃa una copia de medios para la educación técnica: academias, sociedades ilustradas, conferenciantes locales e invitados, escuelas privadas de matemáticas y comercio y una circulación muy amplia de manuales, periódicos y enciclopedias prácticas (p. 79). TodavÃa se aprecia en el perÃodo la construcción de canales de comunicación entre los manufactureros y personas con una decano formación cientÃfica, los que se mezclaron en su trabajo y en la vida social. Esto seguramente aportó alguna cojÃn cientÃfica a los productores más innovadores, aunque sobre todo en sus primeras etapas, la Revolución Industrial le debió poco a la ciencia y mucho más a la cultura técnica y a la capacidad de innovación de empresarios y obreros que ha sido mencionada.
Por otra parte, la escasa producción nacional lleva al paÃs a averiguar soluciones fuera de sus fronteras para satisfacer la demanda interna de máQuinina utensilio, para cubrir tanto el mercado doméstico como el internacionalâ€.
Es bueno aclarar que el tránsito a la Big Science no excluye a la Little Science, la ciencia industrial no acaba con la ciencia académica. Lo que sucede es que el fenómeno esencialmente nuevo en la segunda medio del siglo es la industrialización de la ciencia. Petrella (1989) entiende que ese proceso incluye los siguientes utensilios:
A raÃz del fin de la guerra frÃa y de los déficits presupuestarios, todos los paÃses industrializados han corto las inversiones públicas en I+D y no sostienen aunque sin reservas el apoyo a la investigación fundamental. Son sobre todo las nuevas condiciones de la competencia mundial, la batalla por la competitividad y los éxitos tecnológicos de Japón y otros paÃses del sudeste asiático los que conducen a concentrar los esfuerzos I+D en polÃticas industriales ayer que en polÃticas cientÃficas, con el objetivo de producir innovaciones.
0 como un maniquà de fabricación inteligente basada en la fusión de los métodos de producción más recientes de los sistemas industriales y los sistemas de información.
"Los usuarios no notarán ninguna diferencia porque la tecnologÃa estará por debajo del pavimento", según Afridi.
De lo antecedente se sigue que hay una relación histórica ineludible entre capitalismo y ciencia moderna. El capitalismo generó deposición económicas y tecnológicas nuevas que impulsaron a la ciencia. Igualmente promovió nuevas ideas, imágenes y formas de pensar; las formas individualistas, impersonales y mecanicistas de pensar contribuyeron más información aquà al despliegue de una visión cientÃfica del mundo. Por último el capitalismo favoreció otros cambios sociales importantes, por ejemplo, en sus inicios desapareció la barrera social entre eruditos y artesanos, Campeónà como la vieja distinción entre el conocimiento y su cojÃn empÃrica.
En la perÃodo de los primaveras ochenta y noventa se imponen las llamadas "polÃticas para la innovación. "La conjugación de una nueva e importante apresuramiento del cambio técnico con la agudización de la problemática económica, ocupacional y ambiental puede ser aspecto como la principal fuerza impulsora del posterior viraje de las polÃticas cientÃfico - tecnológicas. Ciertos automatismos, que no pocos dieron por supuestos durante décadas, han mostrado hasta la evidencia sus frecuentes fallos: el avance irrefutable y tecnológico no siempre tiene consecuencias beneficiosas, y ni siquiera garantiza de por sà la modernización de la producción; la ingreso de nuevas tecnologÃVencedor no implica necesariamente que la producción se incremente; el crecimiento financiero luego no asegura la disminución del desempleo" (Arocena, 1995, p.